lunes, 30 de marzo de 2020

PSICÓLOGA EN CASA

Estimados padres de familia y estudiantes, 

Es importante reconocer que el aislamiento preventivo es indispensable para preservar nuestra salud y la de nuestra familia. Sin embargo, este momento también puede generar un poco de estrés, ya que los días se pueden tornar rutinarios y faltos de motivación. 

Tener una rutina establecida, proporciona seguridad en cómo van a ser las cosas y dificulta que las personas se tengan que enfrentar a situaciones inesperadas y ajenas a lo ya planificado. De hecho, este es uno de los principales motivos por los que, pese a que esta pueda resultar monótona, en algunas personas existe resistencia a introducir cambios. La novedad supone un riesgo, un riesgo que pueda dar cierto miedo y traer diferentes consecuencias.

Salir de la rutina implica llevar a cabo acciones diferentes de las que se hacen normalmente, algo que dicho así puede ser fácil, pero en realidad tiene cierta complejidad. Es por ello que en este documento se presentan algunas pautas para introducir cambios en el día a día y salir de la rutina, sin dejar de lado las responsabilidades, sacando el mejor provecho de este tiempo de aislamiento preventivo.

1.     Identificar que la rutina:
El primer paso para ser capaz de salir de la rutina es reconocer que esta existe, y ser capaz de identificarla. Si consideras que tienes una vida muy rutinaria deberías tener en cuenta qué es lo que haces en el día a día y que se repite de forma.

2. Valora qué hace de ella, que es desagradable:
Una vez identificada la rutina es necesario valorar qué de todo ello es lo que desagrada, produce rechazo o hace sentir estancados. Puede ser útil hacer un autorregistro o un horario del día a día en que se valore además qué sentimientos surgen en cada actuación.

3.  Platear qué cambios se quieren conseguir:
El hacerse preguntas como, qué se quiere cambiar y qué se quiere conseguir, puede ser un inicio para plantear estrategias distintas y modificar lo que hace sentir con baja motivación. 

4. Comer y dormir adecuadamente:
La alimentación y el sueño son algunos de los elementos que menos se suelen tener en cuenta y que sin embargo son de los que más importancia tienen a la hora de explicar nuestro bienestar. Ello también influye en la percepción de la vida como rutinaria. Es importante que el comer y el dormir sean actos en que se esté centrado en lo que se hace y que ello, se haga bien: dormir suficiente y comer de manera equilibrada es imprescindible para mantener la salud tanto física como mental.

5. Separar espacios:
Se deben separar espacios y momentos, teniendo cada cosa su momento y su lugar y generando una ruptura entre las distintas tareas: no trabajar o estudiar estirado en la cama o en el mismo sitio donde se consumen los alimentos.

6.  Dar gran importancia a los gustos
Uno de los aspectos que va a permitir cambiar la rutina pasa por empezar a valorar elementos que no se practican en la rutina y que sin embargo se debería implementar, como los hobbies e intereses que llaman la atención. El ocio es importante, y a menudo no se aprovechan los momentos de tiempo libre, haciendo aquello que es de agrado y de gran interés personal.

7. Plantear una meta:
Quizás una de las formas más importantes y que mayor cambio puede llegar a generar, es la idea de formarse una meta u objetivo, algo en lo que se pueda centrar la atención y que resulte altamente motivador. Dichas metas pueden ser prácticamente cualquier cosa, pero la cuestión es que sean algo alejado de la actividad cotidiana. Por ejemplo, aprender a tocar un instrumento, hablar un idioma, bajar de peso, realizar deporte, entre otras, pueden ser metas algo distintas de lo habitual, lo importante es que sean metas realistas y se pueda hacer un plan para poder dar consecución a ellas.

8. Compromiso para alcanzar el cambio:
Se debe tener en cuenta que pueden aparecer dificultades y obstáculos en el camino, pero se debe ser capaz de ser resolutivos y afrontar que un cambio requiere un esfuerzo. En la mayor parte de las situaciones, los cambios no se van a producir espontáneamente, sino que exigen de implicación y de esfuerzo. Como decía Einstein: “si quieres nuevos resultados no hagas siempre lo mismo”. 

9. Cambiar estímulos del entorno:
Se pueden modificar pequeños aspectos para dar un ambiente distinto a los espacios donde se permanece la mayor parte del tiempo.

10.  Es necesario darse la oportunidad de improvisar:
Uno de los grandes problemas de la rutina es, precisamente, que resulta altamente predecible. De este modo, se debe dejar un espacio a la improvisación. Está bien dejar cierto tiempo sin planificar, en el que se pueda hacer aquello que se apetezca en el momento en el que surja.

11. Salir de la zona de confort:
Algo fundamental si se desea romper con la rutina, es el hecho de dejar de lado la zona de confort. Es importante atreverse a experimentar cosas nuevas, aunque se desconozca si va a gustar o no. Tal vez baste con explorar un tipo de actividad que nunca se había planteado o se percibía lejano a los intereses personales, es importante hacer algo que se quiera hacer, aunque dé un poco de miedo. 



Este momento de aislamiento obligatorio puede causar algunos niveles de ansiedad, para disminuirla, es importante tener en cuenta los siguientes ejercicios: 


Que la Sagrada Familia de Nazaret, bendiga cada uno de sus hogares. 




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