Estimados padres de familia y estudiantes,
HOY ES JUEVES DE REFLEXIÓN FAMILIAR
El Avemaría es seguramente una de las primeras oraciones que aprendimos cuando éramos niños. Es una oración sencilla, un diálogo muy sincero nacido del corazón, un saludo cariñoso a nuestra Madre del Cielo. Esta, recoge las mismas palabras del saludo del ángel en la Anunciación (Lucas 1, 28) y del saludo de Isabel (Lucas 1, 42), y después añade nuestra petición de intercesión confiada a su corazón amantísimo.
Podemos decir que el Avemaría y el Rosario son las dos grandes expresiones de la devoción cristiana a la Santísima Virgen. En el Avemaría, descubrimos dos actitudes de la oración de la Iglesia centradas en la persona de Cristo y apoyadas en la singular cooperación de María a la acción del Espíritu Santo. La verdadera devoción nos lleva, sobre todo, a entablar una profunda relación de amistad con María Santísima.
El amor hacia María enriquece nuestra fe, la hace más profundamente
humana y nos acerca a Dios por un camino de dulzura. Esta devoción, busca
imitar las virtudes que vivió la Santísima Virgen como la obediencia generosa,
su humildad sencilla, su caridad, su sabiduría reflexiva, la piedad hacia Dios,
el agradecimiento por los bienes recibidos, su fortaleza, su delicadeza y su
humildad, entre otras; siguiendo de esta manera, su ejemplo de vida.
Es hora de disponer el corazón e iniciar en familia, la siguiente reflexión:
Tomado de https://udayton.edu/imri/mary/es/por-qu-rezar-el-ave-mara.php
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